martes, 9 de octubre de 2012

¿Qué es la trata de personas?



Es el comercio ilegal de personas con propósito de esclavitud reproductiva, explotación sexual, trabajo forzado, extracción de órganos o cualquier otra forma de esclavitud.
En caso de la explotación sexual, la víctima es sometida de forma violenta a realizar todo tipo de actividades sexuales sin su consentimiento y por la cual un tercero recibe una remuneración económica o algún otro beneficio.
Es una violación a los derechos humanos que atenta contra la libertad, la dignidad  y la integridad tanto física como síquica de las víctimas.
 Es una de las actividades ilegales más lucrativas, después del tráfico de drogas y de armas.
Hasta un 80% de las víctimas de la trata de personas son mujeres y niñas.
Para que la explotación se lleve a cabo los tratantes deben recurrir a la captación o capturasion  de la víctima, el transporte o traslado de la misma. Para que la explotación se haga efectiva los tratantes deben recurrir a la captación, el transporte, el traslado, y la comercialización de la misma.
Al engaño en la captación de la víctima, debemos sumarle los malos tratos y las inhumanas condiciones de vida a las que son expuestas, asi también como la perdida de la libertad.
Los medios para llevar a cabo estas acciones son la amenaza o el uso de la fuerza, el rapto, fraude, engaño, abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad.

El objetivo de la trata es la explotación de la persona.

La trata es un delito que se incremento en forma alarmante en los últimos años, debido a las difíciles condiciones económicas, al endurecimiento de las políticas migratorias  en los países industrializados y fundamentalmente a que durante mucho tiempo este fenómeno no fue considerado como un problema estructural sino como una serie de delitos aislados.
Escasas son las que logran ser recuperadas, pero cuando estas personas deciden retomar con su vida, su camino de vuelta está lleno de obstáculos por la coacción de las redes mafiosas.
A los problemas psicológicos provocados por los traumas emocionales y por todo lo vivido durante el cautiverio, debemos sumarle que a menudo se enfrentan con amenazas y represalias contra ellas mismas o su familia.
Al rechazo familiar y social por su pasado de prostitución, se añade, frecuentemente, el tener que superar también problemas jurídicos, ya que, en no pocos casos, firmaron contratos de dudosa legalidad, incluso con documentación e identidad falsas.

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