martes, 19 de febrero de 2013

Vos podes hacer la diferencia

La violencia contra la mujer es una forma de discriminación y una
violación de los derechos humanos. Causa sufrimientos indecibles, cercena
vidas y deja a incontables mujeres viviendo con dolor y temor en todos los
países del mundo. Causa perjuicio a las familias durante generaciones,
empobrece a las comunidades y refuerza otras formas de violencia en las
sociedades. La violencia contra la mujer les impide alcanzar su plena realización
personal, restringe el crecimiento económico y obstaculiza el
desarrollo. La generalización y el alcance de la violencia contra la mujer
ponen de manifiesto el grado y la persistencia de la discriminación con que
siguen tropezando las mujeres. Por consiguiente, sólo se puede eliminar
tratando de eliminar la discriminación, promoviendo la igualdad y el
empoderamiento de la mujer y velando por el pleno ejercicio de los derechos
humanos de la mujer.
Toda la humanidad saldría beneficiada si se pusiera fin a este tipo
de violencia, ya que se han logrado grandes progresos en la creación del
marco internacional para lograrlo. Sin embargo, han surgido nuevas formas
de violencia y, en algunos países, se ha producido un retroceso en los
avances hacia la igualdad y la ausencia de violencia que había logrado ya
la mujer o están en una situación precaria. El predominio constante de la
violencia contra la mujer es una demostración de que los Estados todavía
no han encarado el problema del compromiso político, la visibilidad y los
recursos necesarios.
La violencia contra la mujer no es invariable ni inevitable y
podría reducirse radicalmente y llegar a eliminarse, con la voluntad
política, civil y los recursos necesarios.
Para lograrlo
habrá que realizar esfuerzos de manera que la erradicación de la violencia
contra la mujer llegue a ser una prioridad máxima en los planos local,
nacional e internacional.
La violencia contra la mujer pasó del plano privado al dominio público y al
ámbito de responsabilidad de los Estados, en gran medida, debido a la labor
de base de las organizaciones y movimientos de mujeres en todo el mundo.
Gracias a esa labor se puso al descubierto el hecho de que la violencia contra
la mujer no es el resultado de la falta de ética personal u ocasional, sino
que está más bien profundamente arraigada en las relaciones estructurales de
desigualdad entre el hombre y la mujer.
Se han logrado importantes progresos en la elaboración y
aprobación de reglas y normas internacionales. En los instrumentos jurídicos
y normativos internacionales y regionales se han esclarecido las
obligaciones de los Estados de prevenir, erradicar y castigar la violencia
contra la mujer.

Aun así necesitamos de tu ayuda, vos podes hacer la diferencia

No hay comentarios:

Publicar un comentario